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Patrimonio del Sur Leonés

Patrimonio del Sur de León



El Sur de la provincia de León está marcado por dos itinerarios culturales fundamentales para entender su trazado y patrimonio arquitectónico y artístico: el Camino de Santiago y la Vía de la Plata.

El cauce de tres ríos: Órbigo, Esla y Cea dibujan la orografía de su terreno y determinan su flora y fauna y paisajes.

Iglesias, monasterios y castillos se unen a gastronomía y artesanía tradicional, haciendo que un viaje por el sur leonés se convierta en una experiencia inolvidable.


MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE ESCALADA

MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE ESCALADA

Antes de la construcción del templo mozárabe se encontraba en este lugar un templo visigótico, destruido por las incursiones musulmanas en el siglo VIII, del que se han descubierto partes de la fábrica bajo la actual iglesia.

El actual monasterio, aprovechando los materiales del anterior, fue construido en año 912 por un grupo de monjes, emigrados al norte desde el Emirato de Córdoba, encabezados por el Abad Alfonso.

La construcción, que tardó 12 meses, se concluyó en el año 913 reinando García I, y se consagró el 20 de noviembre del 914 por el obispo de Astorga, San Genadio.

El monasterio inició su historia con tierras donadas por el rey de León.

La iglesia es de planta basilical con tres naves, un crucero, cabecera tripartita, en forma de herradura, y unos iconostasios limitados por tres arcos de herradura y cancel con motivos vegetales y geométricos.

Todos los arcos son de herradura y los fustes de mármol y los capiteles han sido aprovechados de elementos romanos y visigodos.

La iglesia está cubierta con un artesonado de madera policromada, excepto en los ábsides, donde emplearon bóvedas gallonada.

El pórtico consta de doce arcos de herradura, siendo los siete más occidentales obra mozárabe del siglo X, los cinco restantes son añadido posterior con capiteles de mayos tamaño.

La torre es románica de finales del siglo XI, reforzada con estribos.

La puerta, que se abre en el extremo oriental de la galería, da paso a la capilla de San Fructuoso, de arco de medio punto.

Con la desamortización se abandona el monasterio y desaparecen las dependencias monásticas, por lo que hoy sólo restan la iglesia y la torre y capilla de San Fructuoso, estas últimas de estilo románico. En 1886 el templo fue catalogado como monumento nacional y está considerado como es una de las obras cumbres del arte mozárabe de España.



MONASTERIO CISTERCIENSE DE SANTA MARÍA DE GRADEFES

MONASTERIO CISTERCIENSE DE SANTA MARÍA DE GRADEFES

Fue fundado en 1168 a orillas del río Esla, como cenobio de las monjas bernardas y es el único monasterio cisterciense femenino en España.

La construcción de su iglesia comenzó el 1 de marzo de 1177, según reza una inscripción en el muro norte. Y fue gracias a las propiedades que donan sus fundadores, especialmente la que luego sería su abadesa, Doña Teresa Pérez, viuda de García Pérez, caballero a las órdenes de Alfonso VII, además de dádivas y dotes de muchos fieles de la zona.

La abadesa de Gradefes tenía jurisdicción civil y criminal en varios pueblos de la región constituyendo una merindad, que le permitía, desde recaudar tributos, a administrar justicia civil.

La iglesia está formada por una cabecera de tres naves, cerradas con bóvedas sobre nervios apoyados sobre pilares cuadrangulares, con medias columnas adosadas.

En ella pueden contemplarse los sepulcros de los esposos fundadores, obra de finales del XIII.

La cabecera en estilo románico de transición, junto con el capítulo, son los elementos conservados más antiguos, datan del siglo XII.

El crucero es más tardío, completándose el coro y demás dependencias en el siglo XVII

La decoración de capiteles es sencilla, al más puro criterio cisterciense, que mantenía la idea de eliminar 'las ornamentaciones supérfluas', desechadas por San Bernardo.

La capilla mayor y el absidiolo del centro se techan con paños cóncavos sobre nervios, en disposición de equilibrarse cruzándose los de la capilla, constituyendo el adelanto más notable del edificio.

En las dependencias monacales se custodian las tallas policromadas de una Virgen del XII y un Cristo gótico que formaba parte de un calvario del XIV, vestiduras y calzado pertenecientes a la fundadora, una imagen románica de Nuestra Señora de Gradefes, y un crucifijo del siglo XIV de tamaño natural.

Pero la imagen más conocida es la del 'niño peregrino', figurilla barroca, que solamente se le viste de peregrino los 'Años Jacobeos'.

 



RECINTO AMURALLADO DE MANSILLA DE LAS MULAS

RECINTO AMURALLADO DE MANSILLA DE LAS MULAS

Aunque el origen latino de Mansilla se pierde con los siglos y el devenir de las lenguas, es fácil reconocer su nombre, procedente de “mansus”, finca fértil, espacio de recreo y cultivo, de los romanos.

La riqueza de estas tierra y la necesidad de protegerlas dieron origen, en torno al año 70, a la primera muralla que rodeó la antigua Mansiella o Mansela, muralla de la que solo quedan los testimonios, al no ser ésta capaz de contener el brío de los godos ni las embestidas de Almanzor.

Debido a la importancia militar que se reconoce a sí mismo el Concejo de Mansilla, en un documento de 9 de junio de 1288, la villa surge como núcleo defensivo para los intereses reales y las ciudades de Oviedo y León.

            La localidad conserva la que, probablemente, es la mejor obra de fortificación medieval de la provincia de león, declarada bien de interés cultural en 1931.

Siendo evidente que tuvo un porte más importante que el de simple cerca, las murallas datan del siglo XII, época en la que Fernando II repobló la villa. Están apoyadas en el río Esla que las flanquea por el noroeste y se abren en su mitad para dar paso al puente, que así queda protegido y enmarcado por la puerta de la muralla.

Cada cuarenta metros tiene torres albarranas que comunicaban con un muro anterior hoy desaparecido.

La tapia es alta y gruesa, construida con canto rodado y cal, en algunos tramos tiene más de 14 metros de espesor y aparece coronada con almenas sin saeteras.

Actualmente se conservan amplios fragmentos de tapial , varios torreones almenados y una de las cuatro puertas, la de Santa María.



IGLESIA PARROQUIAL DE GRISUELA DEL PARAMO

La antigua “Aygrisuela” medieval tiene sus primeras citas documentales en el siglo XII. Reflejo de la pasada relevancia del pueblo es su iglesia parroquial, declarada Bien de Interés Cultural en 1975, y que se ha convertido en uno de los monumentos más relevantes del Páramo Leonés por ser el ejemplo mejor conservado de edificio religioso de una sola nave, característico de la comarca.

El templo está construido con materiales tradicionales, tapial y madera, excepto la mampostería y el ladrillo visto de la espadaña y el campanario, y su cubierta es a base de teja árabe.

Es muy destacable su alfarje, de planta octogonal, que cuenta con molduras a manera de entablamento.

Destaca, en el interior su retablo mayor, de 1777, y la imagen de la titular de la parroquia, Nuestra Señora de la Asunción.

A destacar el alfarje octogonal que cubre el templo.

En cuanto a los bienes muebles citaremos el retablo mayor de 1777 con una talla de Nuestra Señora de la Asunción, titular del templo



IGLESIA PARROQUIAL DE SAN PEDRO APOSTOL DE VALLECILLO

IGLESIA PARROQUIAL DE SAN PEDRO APOSTOL DE VALLECILLO

La iglesia de San Pedro Apóstol de Vallecillo conserva su característica torre, datada en los siglos XV y XVI.

Es de estilo mudéjar y posee planta cuadrada, hecha de tapial y revestida de ladrillo formando cuerpos escalonados, parejas de arcos dobles y encuadrados, y frisos de esquinillas en lo alto.

Es considerada como uno de los pocos ejemplos de mudéjar, exceptuando el foco facundino de Sahagún, que aún quedan en pie en la Comarca de Tierra de Campos.

Además consta de una iglesia de planta rectangular y anexos; atrio, baptisterio y sacristía.

En el atrio, sacristía y nave principal de la iglesia se pueden apreciar la pervivencia del estilo constructivo basado en tapial y ladrillo macizo de tejar.

La nave central está recubierta por una bóveda de cañón sobre arcos fajones que cubre toda la extensión de la iglesia, mientras que la capilla mayor cuenta con un cuarto de esfera de finales del siglo XVIII.

Anteriormente estuvo cubierta con un artesonado del que se conservan los tirantes, profusamente decorados.

A los pies de la iglesia están situados el coro, las cabezuelas y entablamento trabajados, posiblemente, con el mismo estilo decorativo que el antiguo artesonado, y el baptisterio, abovedado a finales del siglos XVIII, con la peculiaridad de estar en un recinto independiente de la propia iglesia.

En su interior destaca el recientemente restaurado retablo mayor, que responde a los cánones estéticos del Renacimiento.

La estructura, los relieves y las tallas de San Pedro, la Virgen y el Calvario datan de mediados del XVI.

Este templo alberga también valiosas piezas de orfebrería, como un cáliz, una custodia y una cruz procesional.



IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE ARBAS EN GORDALIZA DEL PINO

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE ARBAS EN GORDALIZA DEL PINO

Situada en Gordaliza del Pino, su construcción, con un diseño similar a las realizadas en Sahagún, data del año 1146, aunque su factura actual es algo posterior.

Tiene planta basilical de tres naves, separadas por filas de tres arcos y tres ábsides decorados con cuatro pisos de arquería.

Los ábsides son del románico de ladrillo más característico de este tipo de arquitectura, aunque el septentrional se modificó en el siglo XV.

Algunos de los arcos del ábside central son de herradura.

Interiormente, los muros longitudinales llevan lucillos con arcos recuadrados.

Exteriormente, la iglesia posee dos portadas de arco de herradura, enmarcadas por un alfiz. Cabe destacar también que uno de los ábsides colaterales fue sustituido por una capilla más moderna.

En su interior pueden admirarse un retablo de Berruguete, valiosas piezas de orfebrería como un cáliz y una cruz, así como algunas pinturas murales que han sido restauradas recientemente, recuperándose, por ejemplo, en unos de los ábsides, una magnífica muestra de arte Bajo Medieval



MONASTERIO DE SANTA MARIA DE CARRIZO

Asentada en la fértil vega del río Órbigo, la localidad de Carrizo de la Ribera puede deber su nombre al general romano Carisio, uno de los hombres fuertes, del imperio, que lucharon contra los Cántabros.

Carrizo ve fundar su monasterio en el siglo XII por el mecenazgo del Conde Ponce de Minerva y Doña Estefanía, su esposa.

Enviudada doña Estefanía, tras la muerte de su marido en 1174, ingresa como abadesa en el recientemente fundado monasterio cisterciense. De esta primera época, el edificio conserva la portada románica  y tres ábsides.

El resto del monasterio, además de su iglesia, sufrió diferentes cambios y reformas durante los siglos XVI y XVII.

En su interior el monasterio conserva un importante artesonado mozárabe en su sala capitular, bellos esgrafiados e importantes piezas artísticas como la escultural de Santa María la Real, el Crucificado del siglo XIV, o la Virgen del Villar del siglo XI.

La pieza más representativa y conocida del monasterio, el magnífico Cristo de Carrizo tallado en marfil, del siglo XI, se expone en la actualidad en el Museo de León. Otra obra de gran importancia perteneciente a esta orden y que se expone en el museo de la Catedral de Astorga es el Arca de Reliquias del siglo XII.

El monasterio cuenta con una bonita leyenda que reza que “el conde, vuelto de un cautiverio en tierras musulmanas, peregrinó a Santiago y se detuvo en el hospital del monasterio de Carrizo, edificado por su esposa durante su ausencia. La propia condesa le atendió y le lavó los pies. Cuando él la reconoció hizo la promesa de levantar otro monasterio: el de Sandoval”.

Cierta o no la leyenda, lo que es seguro es que ambos monasterios tienen lazos artísticos comunes, sobre todo en sus portadas eclesiales.



IGLESIA CONVENTO PREMOSTRATENSE DE VILLORIA DE ORBIGO

IGLESIA CONVENTO PREMOSTRATENSE DE VILLORIA DE ORBIGO

Fundado en 1243 por Rodrigo Fernández de la Valduerna, el convento Premostratense se erige como el más significativo dentro de esta Orden. Dependía en sus orígenes de la abadía de Aguilar de Campoo, recibiendo numerosas donaciones y predios en ese tiempo, creciendo en bienes y en importancia hasta independizarse de la abadía madre antes de 1269

En 1371 se encontraba Enrique II en la ciudad de Toro, localidad del monasterio premostratense de Santa Sofía, hecho que aprovechan los de Villoria para conseguir otorgamiento de mayores privilegios, confirmados en 1409 por Juan II de CastilIa

De sus orígenes puede apreciarse el arco de la entrada principal, de estilo románico, en forma de pórtico y rematado con una cruz de piedra adornada por dos columnas incrustadas en el muro.

Los premostratenses, en España también conocidos como mostenses, integran una Orden religiosa de vida monacal fundada por San Norberto en el año 1120.

Su nombre se debe al lugar donde se originó, en la abadía de Prémontré, en Francia.

No obstante, también reciben el nombre de conónigos blancos, debido al color de su hábito, o norbertinos, derivado de su fundador.

Se vida se basa en la Regla de los Canónigos Regulares de San Agustín.

El valor del convento se incrementa aún más por quedar tan solo dos en todo el territorio español